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Pollo Vallée d’Auge Gastronómico: reinterpretación elegante del pollo a la normanda, que combina sencillez y sabores refinados
Pollo Vallée d’Auge Gastronómico: reinterpretación elegante del pollo a la normanda, que combina sencillez y sabores refinados
Entre las principales fuentes de inspiración, La Cuisine Normande de Pauline Caffin, publicada en 1907, propone una versión del “pollo a la normanda”. Su obra es una referencia valiosa para comprender esta tradición culinaria regional, de la cual se inspira ampliamente el Pollo Vallée d’Auge. Este plato sigue profundamente arraigado en la cocina normanda, basado en una autenticidad sencilla y el uso de productos locales: pollo de corral, manzanas de Normandía, crema fresca espesa y, sobre todo, sidra brut de la región.
El Pollo Vallée d’Auge retoma así la receta de Pauline Caffin, en la que el pollo suele asarse o saltearse en mantequilla, acompañado de manzanas cortadas en cuartos o en láminas, a veces cocinadas por separado. La salsa, hecha con una reducción de sidra y crema fresca, es simple pero sabrosa, cocida a fuego lento para concentrar los aromas. En aquella época, la adición de Calvados, aunque hoy es habitual, no era sistemática.
Pauline Caffin refleja en su libro una cocina regional sencilla y basada en productos del terruño, sin excesos ni sofisticación. También muestra que algunos ingredientes hoy clásicos, como los champiñones, no siempre se utilizaban, mientras que la mostaza o las cebollas podían intensificar la salsa según las costumbres familiares.
Así, el Pollo Vallée d’Auge moderno se inspira ampliamente en estas recetas antiguas, gracias al legado culinario transmitido por Pauline Caffin, quien supo inmortalizar la riqueza y autenticidad de la cocina normanda.
Pollo Vallée d’Auge Gastronómico
Ingredientes (para 4 personas):
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1 pollo de corral normando (aprox. 1,5 kg)
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4 manzanas normandas (tipo Reine des Reinettes o Chantecler)
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30 cl de sidra brut de Normandía
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20 cl de crema fresca espesa
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30 g de mantequilla sin sal
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1 chalota finamente picada
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1 cucharada de mostaza a la antigua
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10 cl de Calvados
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Algunas ramitas de tomillo fresco
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Sal y pimienta recién molida
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Aceite neutro
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200 g de champiñones de París
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30 g de mantequilla salada
Preparación:
1. Preparación del pollo
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Deshuese cuidadosamente el pollo o córtelo en piezas (muslos, pechugas, alas).
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Sazone generosamente con sal y pimienta blanca.
2. Cocción del pollo
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Caliente una nuez de mantequilla y un chorrito de aceite neutro en una sartén grande.
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Dore las piezas de pollo por todos los lados hasta que tomen un color dorado bonito. Reserve en caliente.
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Flamee los trozos de pollo con Calvados.
3. Cocción de las manzanas
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Pele, descorazone y corte las manzanas en cuartos gruesos.
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En la misma sartén, saltee las manzanas con mantequilla hasta que se caramelicen ligeramente. Reserve junto con el pollo.
4. Cocción de los champiñones
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Limpie y corte los champiñones en láminas.
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Derrita la mantequilla salada en otra sartén, luego saltee los champiñones a fuego fuerte hasta que estén tiernos y ligeramente dorados. Reserve.
5. Preparación de la salsa
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En la sartén del pollo, rehogue suavemente la chalota sin que se queme.
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Desglase con la sidra y reduzca a la mitad a fuego medio.
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Agregue la mostaza y la crema fresca, y mezcle bien.
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Ajuste la sazón y reduzca a fuego lento si es necesario.
6. Cocción final
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Vuelva a colocar el pollo, las manzanas y los champiñones en la sartén.
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Tape y deje cocer a fuego muy bajo durante 15 minutos para que se integren bien los sabores.
Presentación y guarnición gastronómica
Emplatado:
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Disponga elegantemente los trozos de pollo en el centro del plato, alternando con algunos cuartos de manzana asada.
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Coloque los champiñones salteados alrededor, dejando espacio para la salsa.
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Vierta generosamente la salsa de sidra y crema alrededor y sobre el pollo, dejando algunas zonas visibles para el efecto visual.
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Añada un pequeño ramillete de tomillo fresco o una ramita de romero sobre el pollo como toque final aromático y estético.
Guarnición adicional:
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Puré fino de patatas a la normanda: un puré cremoso con mantequilla, crema fresca y una pizca de nuez moscada, que aporta suavidad y equilibrio al plato.
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Verduritas glaseadas: zanahorias, judías verdes y guisantes, salteados con mantequilla y glaseados con un toque de azúcar, para un toque colorido y fresco.
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Crujiente de tocino ahumado: finas láminas de panceta crujiente para añadir textura y un contraste salado con la dulzura del plato.
Consejo: Para un toque aún más elegante, puede hacer pequeños discos de patata salteados en sartén, dorados y crujientes, para colocar bajo el pollo o a un lado.
Maridaje recomendado
Vino blanco:
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Un Chardonnay de Borgoña (Meursault, Puligny-Montrachet o un Borgoña blanco equilibrado): su riqueza y redondez en boca complementan la crema y la dulzura de las manzanas, armonizando con la ligera acidez de la sidra.
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Un vino del Loira (Sancerre blanco o Pouilly-Fumé): si se prefiere un vino más vivo y fresco, estos Sauvignon Blanc aportan tensión y un agradable contraste con la salsa cremosa.
Vino tinto ligero:
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Un Pinot Noir de Borgoña (Gevrey-Chambertin, Chambolle-Musigny o un Borgoña tinto): un tinto ligero y poco tánico, que no opacará la delicadeza del plato. Sus notas de frutos rojos y su fineza armonizan con las manzanas y el Calvados.
Consejo de servicio:
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Sirva el vino a unos 12-14 °C para los blancos y 14-16 °C para los tintos ligeros.
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Una copa tulipán o balón resaltará los aromas complejos del vino.
Esta versión gastronómica sublima la receta clásica gracias a la calidad de los ingredientes, la precisión en las cocciones y una presentación cuidada, perfecta para una comida refinada que respeta plenamente el alma normanda del plato.