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Caldo de Rabo de Ternera o de Res con Corteza de Cerdo y Aromáticas

Caldo de Rabo de Ternera o de Res con Corteza de Cerdo y Aromáticas

Ingredientes:

  • Rabo de ternera o rabo de res: 1, cortado en trozos

  • Corteza de cerdo: 250 g (blanqueada)

  • Cebollas: 2, cortadas en cuartos

  • Zanahorias: 2, cortadas en trozos

  • Apio: 1 rama, cortada en trozos

  • Dientes de ajo: 3, machacados

  • Bouquet garni: 1 (tomillo, laurel, perejil)

  • Granos de pimienta negra: 1 cucharadita

  • Clavos de olor: 2 (opcional)

  • Agua fría: 3 litros

Preparación y cocción:

  1. Colocar el rabo (de ternera o de res) en una olla grande con el agua fría.

  2. Llevar a fuego lento y retirar cuidadosamente la espuma que suba a la superficie.

  3. Añadir las cebollas, zanahorias, apio, ajo, bouquet garni, pimienta y clavos de olor.

  4. Cocinar a fuego lento:

    • Para rabo de ternera: 3 a 4 horas

    • Para rabo de res: 5 a 6 horas, incluso hasta 8 horas para un caldo muy concentrado

  5. Después de 1 a 2 horas de cocción, añadir la corteza de cerdo blanqueada.

¿Por qué añadir la corteza de cerdo durante la cocción?
La corteza de cerdo contiene colágeno muy soluble que se libera rápidamente en el caldo. Si se añade desde el principio, puede sobrecargar el caldo con grasas y enturbiar el líquido. Añadiéndola después de 1 a 2 horas se aprovecha su capacidad gelificante sin afectar la claridad ni el equilibrio del caldo.

Consejos:

  • No salar durante la cocción para evitar una concentración excesiva si se reduce el caldo después.

  • Mantener un hervor suave, evitando ebullición fuerte que enturbie el caldo.

  • Retirar la espuma regularmente para mantener el caldo claro.

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Caldo de rabo de ternera o buey con tocino de cerdo y hierbas aromáticas

El caldo hecho con rabo de ternera o buey, enriquecido con tocino de cerdo, es una preparación rústica y sabrosa, perfecta para enriquecer platos tradicionales como el cassoulet, guisos, sopas espesas o salsas intensas. Su riqueza en colágeno le aporta una textura untuosa, al tiempo que aporta profundidad y estructura a las preparaciones culinarias.


Origen y tradición

Este tipo de caldo tiene sus raíces en la cocina campesina francesa, donde se valoran los llamados “cortes bajos”: rabos, huesos, cartílagos y tocino. Estos elementos, ricos en tejido conectivo, aportan tanto sabor como consistencia.

Es especialmente representativo de las tradiciones culinarias del suroeste de Francia, una región con una fuerte ganadería, especialmente porcina. En estas zonas rurales, los caldos sirven como base para guisos, sopas nutritivas y preparaciones en gelatina.


Anclaje regional: el suroeste

En esta región, varias recetas emblemáticas incluyen caldos de rabo y tocino:

  • Cassoulet: En Castelnaudary, Carcasona o Toulouse, los frijoles blancos se cocinan en un caldo a base de rabo (de ternera o buey), tocino de cerdo y huesos. Este caldo actúa como aglutinante natural y aporta una textura suave. En algunas versiones, los trozos enteros de tocino se colocan en el fondo del recipiente.

  • Garbure: Esta sopa campesina, compuesta por col, verduras de raíz, confit de pato o jarrete, obtiene su riqueza de un caldo rico en colágeno que le confiere una textura aterciopelada característica.

  • Terrinas y gelatinas rústicas: En las zonas rurales de Gascuña y Bearne, los caldos hechos con cabezas, rabos y tocino se reducen y moldean con carnes como orejas, patas o morros. Así se obtienen aspics y patés de cabeza, servidos fríos con vinagre y condimentos.

Esta tradición se explica por varios factores: una fuerte cultura ganadera, una cocina de aprovechamiento atenta a la valorización de las vísceras y cortes bajos, y unas condiciones de vida rurales que exigían platos sustanciosos y de larga cocción.


Rabo de ternera o de buey: dos perfiles, dos usos

  • Rabo de ternera: Da un caldo más claro y delicado, con textura fina y sedosa. El colágeno, más ligero, se libera rápidamente. Este caldo es adecuado para salsas blancas, consommés refinados y gelatinas ligeras.

  • Rabo de buey: Produce un caldo más fuerte, estructurado y con una riqueza aromática marcada. Su colágeno es más denso y sus fibras más resistentes. Es ideal para guisos, salsas oscuras, fondos reducidos y jugos concentrados.


Tocino de cerdo: un gelificante natural

El tocino de cerdo, blanqueado antes de usar, libera un colágeno muy soluble que contribuye a la textura del caldo sin alterar su sabor. Se usa comúnmente para:

  • estabilizar los caldos tras el enfriamiento,

  • espesar los fondos,

  • preparar gelatinas o reducciones,

  • dar firmeza a las terrinas.


Tiempos de cocción recomendados

Ingrediente Duración de cocción Resultado buscado
Rabo de ternera 3 a 4 horas a fuego lento Caldo claro, delicado y gelatinoso
Rabo de buey 5 a 6 horas (hasta 8 horas) Caldo fuerte, rico y estructurado
Tocino de cerdo 2 a 3 horas Extracción rápida de colágeno, textura ligada
Algunos consejos: mantener la cocción a fuego lento para evitar que el caldo se enturbie, espumar cuidadosamente al inicio para eliminar impurezas y evitar añadir sal si se planea reducir después.

Usos culinarios

Este tipo de caldo constituye una base extremadamente versátil en la cocina tradicional:

  • guisos (cassoulet, potée, daube),

  • sopas con legumbres o col,

  • fondos para carnes, jarretes, terrinas, vísceras,

  • salsas espesas, oscuras o blancas,

  • gelatinas, aspics, consommés (versiones clarificadas).

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